
Gens Una Sumus
Lema de la FIDE
All animals are equal,
but some animals are
more equal than others.
Animal Farm
George Orwell
Sucede con frecuencia que a los buenos y buenas jugadoras la fama les precede. Recuerdo para el 2002 cuando recién me inicié en la FAPR, haber escuchado el nombre de Joyce Martorell relucir en todas las conversaciones que tenían que ver con las mejores jugadoras femeninas. Nunca la conocí y si me pasó por el lado, no me di por enterado. Con 17 años y un rating de 1200 Elo-Bird, ese tipo de conversaciones estaban fuera de mi comprensión. No fueron muchos los torneos que jugué ese año, pero entre mis favoritos estuvieron: El torneo de San Sebastián del Pepino; cuando todavía paseaban la novilla por la plaza, El Torneo de Casa Cuba y El Torneo del Trabajador en Centro Europa. En ninguno de ellos advertí a Joyce. Quizá ya se habría retirado como hacen muchos varias veces en su carrera... ¿Es una carrera jugar ajedrez en Puerto Rico? El punto es que mi primer retiro (Nunca lo vi así, pero las circunstancias de la vida te hacen priorizar otras cosas) duró unos 12 años.
***
Este pasado mes de mayo a Puerto Rico Chess Academy se le ocurrió la genial idea de organizar un torneo que se juega 1 ronda todos los jueves. El que me conoce sabe lo maniático que soy con llegar puntual a una ronda. Así que llegaba bien temprano al centro comercial que está justo al frente del Museo del Deporte en Guaynabo; donde se jugó el torneo, para comprar un café y esperar que empezara la ronda. Joyce Martorell estaba jugando este torneo. Ya sabía quién era. El club CAFFE había organizado meses antes, el primer torneo que se jugó después del huracán María. ¡Excelente Torneo! Quizá el mejor torneo del año... del año no, de los últimos años. Nunca desde que regresé al ajedrez de competencia había visto un torneo de la FAPR con una asistencia que rondara los 50 jugadores. Joyce jugó ese torneo también. No le fue muy bien e incluso me sorprendí al verla en el torneo de PRCA. A esa edad parece que la capacidad de cálculo y la fatiga merman las habilidades de uno. ¡Pero cuánta perseverancia!
Era el 4to jueves del torneo y ya iba por mi café. En ese centro comercial, hay un lugar que vende batidos de frutas para su clientela nicho del gimnasio del lado. No recuerdo el nombre porque es uno de esos come m que suelen tener esos sitios; que venden un café por el precio de cinco y donde me tomé el café los primeros 3 días. Como ya se estaba haciendo largo el torneo, 1 mes, la gasolina y el viaje me estaban empezando a hacer un roto en el bolsillo. Decidí ir por un café de Burger King (Me vale si limpian o no sus máquinas de café). Café en mano, voy a buscar una mesa y encuentro que está Joyce sentada en una. Me le acerco y le pregunto:
- ¿Tú eres Joyce Martorell?
-Sí.
- ¿Me puedo sentar contigo?
-Sí.
La mesa estaba toda ocupada, el suelo al lado de la mesa estaba ocupado, todo el aire alrededor de Joyce Martorell estaba ocupado. Tenía la bandeja vacía porque había terminado de comer, pero no parecía que hubiera comido mucho de todas formas porque en la bandeja había casi nada. Al lado de la bandeja una laptop que parecía que corría en Windows 95 y que al día de hoy no me explico cómo funcionaba todavía. En el piso al lado de la mesa había un carrito de los que usan los nenes para cargar los libros de la escuela. Al lado de la laptop y de la bandeja, había libros de ajedrez abiertos o con marca libros, el periódico del día y otras cosas que no recuerdo. Parece que llevaba horas allí y yo pensaba que yo era el rey de la puntualidad; pero a la inversa de Héctor Lavoe. Si Joyce me hubiera dicho que ella vivía dentro de su bulto o dentro de su auto, que no sé si tiene, porque quién va a andar con semejante mudanza para todas partes, le hubiera creído. Estimo que debe tener unos 60 o 70 años. Su nombre, que significa alegría, contrasta con su semblante. Su mirada ya está cansada y su sonrisa termina en unas líneas de expresión pronunciadas. El tiempo va a hacer de las suyas con todos nosotros.
- ¿Tu eres familia de Antonio Martorell, el pintor? - Le pregunté.
- No sé, no lo conozco, pero Martorell no somos muchos.
- ¡Ah!, por eso te pregunté. Dime, ¿Cuántos puntos llevas en el torneo?
- Uno, ¿Y tú?
- Tres.
- ¡Qué bien, felicidades!
- Gracias ¿Y con quién te toca ahora?
- No sé, ¿Y a tí?
- Con Danitza
- ¡Oh wow!
Saqué el celular para chequear en chess results a ver con quién le tocaba. Walter Rosich, le dije. Y nada, así estuvimos hablando unos cuantos minutos cuando me di cuenta que llegaba la hora, me despedí y me dijo: -¡Exito!, que ganes.- No sé qué me dejó más descolocado, la franqueza con que me lo dijo o que ella creyere que de verdad eso fuera posible. Algún bien me hizo sus palabras porque jugué bastante inspirado. Al terminar la ronda se me acercó alegre y me pregunta:
- ¿Cómo te fue?
-Perdí, me sonaron como pandereta de aleluya ¿Y a ti?
- ¡Gané!- Me dijo bien contenta.
- ¡Felicidades!, éxito el próximo jueves.
- ¡Gracias, igual para ti!
- ¡Gracias!
En ese torneo tampoco le fue muy bien, terminó con 2/5 y perdió 60 ptos de rating. No jugaba hace tanto tiempo que todavía tiene el factor K en 40, lo que se conoce como el rating acelerado, donde las pérdidas y ganancias de puntos son exponenciales. Se pueden imaginar la tremenda sorpresa que me llevo cuando veo a Joyce jugando el clasificatorio femenino, que se jugó a la par con el campeonato absoluto del cual participé. No sólo clasificó, sino que se ganó un puesto para Batumi, Georgia. Ahora bien, lo que voy a decir no baja fácil por la garganta. Y es que esta señora que llegó en el 5to lugar, la suplente, no apareció en la lista de la delegación femenina para representarnos en las olimpiadas de ajedrez. Yo quiero creer que esta señora, que vino a fajarse de campana a campana en todos los torneos que pudo echar mano desde que pasó el huracán María, cedió su puesto a Batumi. Que lo cedió por magnanimidad, que lo cedió por altruismo, que lo cedió acaso por alguna condición de salud, o porque tiene compromisos en esa fecha. Yo no quiero creer, que a esta señora le increparon sobre si podía o no cubrir los gastos. O peor aún, que ni se le acercaron porque el reglamento que era “inaplicable”, el que no importó para reducir de 12 a 10 los jugadores del campeonato, peor aún, el que no importó cuando iban a lograr que el campeonato fuera un torneo suizo, dice que no puede ser ella. A todas luces Joyce Martorell tiene la experiencia y la fuerza dentro del grupo femenino que jugó el campeonato para ser la suplente. Me daría mucha vergüenza, si nadie le ofreció ayuda. Si esto fuera cierto, sería lamentable, no sólo para ella sino para nosotros como familia. Tal vez nadie le informó a Joyce que ya las cosas no son como antes cuando habían en los torneos de ajedrez 30 jugadores en la clase A y 30 en la B y que había ayuda estatal y los jugadores viajaban sin preocuparse por estas cosas. Quiero dejarles saber, que el reglamento que tanto hemos pedido, no sólo yo, sino todos los que participamos del polémico chat de facebook; y que fue leído en una reunión donde estuvieron presentes Gabriel Pinales, Pedro Brito, Licie Lozada, Jonathan Torres, la secretaria Dra. Lorna Polo, el presidente Francisco Cruz y este servidor, indica que enviar un equipo a las olimpiadas no es una obligación de la FAPR. Se sobreentiende que las condiciones económicas de la federación son un factor a tomar en consideración.
Lo que entristece compañeros es que se haya vuelto la FAPR en una agencia de viajes a tutiplén para las olimpiadas; sin ton ni son. Que antes de intentar recaudar fondos para las personas que se ganaron ese espacio dignamente en el tablero; tengan que cederlo porque hay que mandar una delegación sí o sí. El mejor tiempo para recaudar todo lo que se pueda es precisamente en el año que no hay olimpiada. ¿Pero cuántos están dispuestos a trabajar por la FAPR y dejarle las arcas llenas al presidente entrante? Nadie quiere dejarle el caballo montado al otro. A veces lo correcto es lo más difícil de hacer. ¿Vamos a tener alguna presidencia alguna vez que no trabaje para las gradas y trabaje por el bien del deporte? ¿Qué le estamos enseñando a los jóvenes talentos, que nos van a representar en Batumi y no tienen la culpa de esto? ¿Que no importa que no te ganes un espacio siempre y cuando tú sí tengas el poder adquisitivo para comprarlo? ¿Qué no existe la mínima empatía para unir esfuerzos y enviar la delegación correcta? La FAPR no está hecha pedazos porque no tenga una sede. La FAPR no está hecha pedazos porque no tiene reglamento. La FAPR no está hecha pedazos porque está endeudada. La FAPR está hecha pedazos porque el hallazgo más reciente y sorprendente revela que la FAPR no tiene Alma. En unas olimpiadas que marcan las primeras después del paso del huracán María, que nos enseñó tanto sobre la humildad y la unidad. Que debe ser una delegación que nos llene de orgullo. Que todos los demás atletas de las demás disciplinas deportivas se están botando en el extranjero, ¡Unidos! (Team Rubio Anyone?)Y que hacemos esto.
Hay algo de ver a estos mayores jugar que a mí me conmueve. Porque me proyecto. Porque si no nos pasa algo imprevisto, todos vamos a llegar a viejos. Cuando yo sea mayor quiero ser como Bolívar Morales de Arecibo. Quiero ser como Guillermito Dávila de plaza, quiero ser como Rubén Corbo, yo quiero ser como Rafael Camacho, quiero ser como Fernando Martínez que a su edad juega 1.g4! En un torneo, sin miedo... quiero ser como Joyce Martorell... que juega un campeonato y clasifica, y la verdad no sé si yo pueda o llegue. Ya venía todo ilusionado proponiendo un Campeonato Senior, pero se me olvidaba con quienes estaba tratando. (A lo mejor si se enteran que para las personas mayores hay ayudas estatales y federales como para los niños, mañana mismo anuncian el evento.) Sería la Obra Magna de esta directiva, que a su salida o reelección, nos dejaran el problema del reglamento resuelto. De ñapa podrían recaudar algo para que la próxima administración no pase tanto trabajo con la delegación. Todos vamos a saber que fueron ustedes los héroes. Pero con el reglamento nos conformamos.
No sé si a Joyce le queden ganas de seguir jugando después de esto. Ojalá que sí, pero si usted la logra ver antes que este servidor, díganle que dije YO, que en las Olimpiadas del Ajedrez de La Dignidad y de la Vida, ella ganó medalla de oro en el primer tablero.
Seguimos esperando los vientos del cambio.
Corrección y disculpa:
Luego de publicado el artículo, me indica la jugadora Keyshla Vega que Joyce Martorell abandonó el torneo luego de sacar un teléfono celular. Bajo las reglas de la FIDE se confisca la partida. Además la Dra, Lorna Polo tuvo la deferencia de comunicarse conmigo y explicarme que trataron de animarla a continuar el torneo porque solo fue una partida la que le confiscaron pero que no la pudieron convencer. Mis disculpas para las personas que hayan leído el artículo y no hayan tenido esta información. Aún así, deseo que se mantega el artículo, porque siguen intactas las inquietudes que suscita y es algo que viene pasando hace unos años ya. Alguna cosa podemos rescatar de él. En el futuro hace mejor trabajo de investigación. Muchas gracias por llamar la atención a mis faltas y omisiones.
Nota de Editorial: Las expresiones vertidas por los escritores en las columnas no necesariamente reflejan las creencias u opinión de Ajedrez Metropolitano o sus clubes.